La fitoterapia puede emplearse durante la infancia de forma eficiente y segura. Para ello, es necesario conocer qué preparados fitoterápicos y plantas medicinales son aptas para la población infantil en sus diversas edades y qué posología es la adecuada para cada caso en particular.
La especie de planta medicinal usada, su parte concreta o droga vegetal (hojas, flores, raíz, etc.), el preparado elaborado a partir de ella y su dosificación y concentración serán características determinantes para garantizar la calidad, la seguridad y la eficacia del producto y su efecto balsámico en el organismo del niño.
Por supuesto, cualquier producto fitoterápico que vaya a ser administrado en niños debe ser evaluado por el profesional sanitario correspondiente.
Así pues, vamos a abordar algunos de estos aspectos fundamentales para garantizar un correcto uso durante la infancia.
Posología
¿Qué dosis es la correcta para un niño? Esta pregunta es una de las más frecuentes y relevantes a la hora de administrar un producto fitoterápico durante la niñez. En los prospectos y fichas técnicas de los productos no suele aparecer la información sobre posología infantil, salvo que el producto esté especialmente formulado para niños.
Por ello, es importante saber que la dosis expuesta en la información facilitada por el laboratorio fabricante del producto está pensada para un consumidor adulto, es decir, no es una dosis adecuada para niños y no debe ser administrada a un público infantil.
Ahora bien, si la planta medicinal empleada en un producto fitoterápico para adultos es segura durante la infancia, y si el vehículo de los principios activos y la forma farmacéutica también cumplen esta condición, es posible emplear dicho producto en niños.
Para elaborar el cálculo emplearemos dos reglas distintas, en función de la edad del niño:
Regla de Clark
Usamos esta regla para calcular la posología en niños con edad comprendida entre los dos y los diecisiete años.
(peso del niño en Kg ÷ 68) x dosis del adulto = dosis infantil.
Por ejemplo, si queremos emplear extracto seco de manzanilla (Matricaria recutita L.) para tratar indigestiones de origen nervioso en un niño de 13 años y 42 kg de peso, y sabemos que la dosis de adulto es de 900 mg diarios, repartidos en tres tomas de 300 mg, realizaríamos el siguiente cálculo:
(42 kg ÷ 68) x 900 mg = 556 mg dosis diaria infantil.
Ahora dividimos 556 mg entre 3 para obtener la posología diaria:
556 mg ÷ 3 = 185 mg, tres veces al día.
Este resultado sería la cantidad exacta de extracto seco de manzanilla a tomar por un niño de 13 años y 42 kg de peso.
Regla de Fried
Para calcular la posología en niños menores de dos años empleamos la regla de Fried:
(edad del niño en meses ÷ 150) x dosis del adulto = dosis infantil
Siguiendo con el ejemplo de la manzanilla, en este caso administrada a un niño de 16 meses, realizaríamos el siguiente cálculo:
(16 ÷ 150) x 900 = 96 mg dosis diaria infantil.
Ahora dividimos 96 mg entre 3 para obtener la posología diaria:
96 ÷ 3 = 32 mg, tres veces al día.
Este resultado sería la cantidad exacta de extracto seco de manzanilla a tomar por un niño de 16 meses de edad.
Formas de administración
Los principios activos contenidos en las plantas medicinales no suelen tomarse de forma aislada, sino que son extraídos en un disolvente determinado o transformados en extractos y otros productos derivados.
Muchos de estos productos no podemos (generalmente) elaborarlos en casa, pues requieren de instrumental y procesos específicos de laboratorio. Por tanto, a la hora de adquirirlos será importante considerar la profesionalidad y solvencia del laboratorio fabricante, el cual debe asegurarnos una elevada calidad y una seguridad constatada.
En la información proporcionada por el laboratorio siempre deben aparecer los siguientes datos:
- Datos del laboratorio fabricante.
- Nombre botánico de la planta medicinal y droga vegetal empleada.
- Tipo de preparado (extracto seco, droga criomolida, extracto liofilizado, etc.).
- R.D.E. (Relación Droga Extracto) y/o A.D.E. (Aporte Diario Eficaz).
- Excipientes y disolventes (glicerina vegetal, agua, metilcelulosa, etc.).
- Fecha de caducidad.
- Posología concreta.
- Contraindicaciones, interacciones y/o advertencias.
No obstante, existe un amplio abanico de preparados que podemos elaborar en casa cuando la salud de los más pequeños así lo requiere. Infusiones, tisanas, jarabes o gliceritos son algunos de los productos de fácil elaboración y de enorme eficacia.
Si elaboramos un producto cuya forma de administración es por vía oral, debemos tener presente lo siguiente:
- Emplear materias de elevada calidad. Es decir, drogas vegetales procedentes de cultivo ecológico y disolventes que garanticen un estado óptimo: agua mineral libre de tóxicos en caso de las tisanas, azúcar integral ecológico de caña para los jarabes (o xilitol, miel, etc.), glicerina vegetal de elevada pureza (mayor al 99,4%), etc.
- Adecuar el tipo de producto a las condiciones del infante. Una tisana será mucho más apropiada que una cápsula si tiene problemas de deglución, un jarabe será mejor que una tisana si deseamos centrar la acción medicinal el mayor tiempo posible en la mucosa orofaríngea.
- Evitar productos que contengan alcohol. Durante la infancia es mucho más recomendable emplear tisanas o gliceritos que tinturas alcohólicas con base de etanol, ya que, si bien la cantidad de alcohol ingerida es mínima, el alcohol en si mismo resulta un tóxico para el organismo, no existiendo una dosis segura o recomendable del mismo.
- Asegurarnos que la planta medicinal empleada es apta para la edad del niño y no genera reacciones adversas y/o alérgicas en el mismo.
Asimismo, si realizamos productos a base de plantas medicinales para uso tópico, como aceites, ungüentos o cremas, tendremos en cuenta las pautas anteriores para asegurar la calidad y seguridad de los preparados.
Plantas medicinales útiles
A continuación, ordenaremos algunas plantas medicinales y sus drogas vegetales en relación a diferentes desórdenes de salud comunes durante la infancia. Esta clasificación pretende ser orientativa, siendo necesaria una evaluación profesional para abordar con exactitud cada caso concreto.
- Estreñimiento
- Semillas y cutícula de llantén o ispágula (Plantago ovata Forssk.)
- Gases
- frutos de anís verde (Pimpinella anisum L.)
- hojas de menta (Mentha x piperita L.)
- Dolor de estómago
- Flores de manzanilla (Matricaria chamomilla L.)
- Conjuntivitis
- Hojas y flores de eufrasia (Euphrasia parviflora Schag.)
- Resfriado
- Raíz de pelargonio (Pelargonium sidoides DC.)
- Hojas y flores de tomillo (Thymus vulgaris L.)
- Flor de saúco (Sambucus nigra L.)
- Rinitis
- Hojas de eucalipto (Eucalyptus globulus Labill.)
- Faringitis
- Raíz de malvavisco (Althaea officinalis L.)
- Nervios y ansiedad
- Hojas y flores de pasiflora (Passiflora edulis Sims.)
- Hojas de melisa (Melissa officinalis L.)
- Cefaleas y migrañas
- Hojas y flores de matricaria (Tanacetum parthenium (L.) Schulz Bip)
- Heridas y quemaduras
- Flores de caléndula (Calendula officinalis L.)
- Gel de la hoja de aloe (Aloe barbadensis Miller.)
- Contusiones
- Flores de árnica (Arnica montana L.)
- Infección de orina
- Hojas de gayuba (Arctostaphylos uva-ursi (L.) Sprengel)
Por último, cabe resaltar que un contacto regular con entornos naturales durante la infancia (y en cualquier edad) es uno de los hábitos más saludables y preventivos que existen. Incorporar este hábito en el día a día de los niños es fundamental para su correcto desarrollo fisiológico, psicológico, emocional y social.
1 comentario en «Fitoterapia en la infancia»